martes, 15 de diciembre de 2009

Respuestas al tema de las puntuaciones:

Escribe Luis Gómez:

Para entrar en materia voy a recordar el proceso de puntuación que sigue Parker para los vinos:Se parte de 50 puntos, es decir cualquier vino tiene al menos esta puntuación, y a partir de ahí se van sumando puntos según el color, el aroma, el paso en boca y la evolución del vino hasta un máximo de 100 puntos.- Color y apariencia puntúan con 5 puntos, - Aroma y bouquet con 15 puntos, - Paso en boca y retrogusto con 20 puntos- Por último, el nivel de calidad global y el potencial de evolución futura y mejora se contabilizan con 10 puntos.De esta forma, los vinos que alcanzan de 90 a 100 puntos se califican con un sobresaliente. Si los vinos se quedan entre 85-90 son calificados con notable alto y entre 80 y 84 con notable bajo.Según esto, cualquier vino que no alcanza los 84 puntos para Robert Parker no es de calidad; pues no se ajusta a sus gustos y si alguien quiere vender bien su vino tiene que conseguir por un lado que lo cate Parker y, por otro, que lo puntúe por encima de este umbral por lo que al final, como ya se ha dicho en muchos foros, todos los vinos que entran en esta dinámica tienden a parecerse con lo que una parte importante de su personalidad desaparece. También le queda la opción de hacer un buen producto, con una buena selección, un buen cuidado en la viña y que muestre las peculiaridades del terreno, es decir, que sea un producto noble y responda al carácter del terroir; con estas premisas quizá no tenga un vino “famoso”, pero tendrá un buen producto y probablemente lo venderá sin problema.Quiero matizar que cuando hablamos de Parker no nos estamos refiriendo a una sola persona sino a un grupo de cata que trabaja para este buen señor; por tanto ya no es la opinión de una sola persona sino más bien la de un grupo dirigido por ella y, eso sí, bajo su influencia porque supongo que todo aquel que no siga las directrices del “maestro” no será bien acogido en el grupo. Además opino que la enorme repercusión mediática que tiene Parker está directamente vinculada con aquellas personas y sectores pertenecientes al mundo de vino: bodegueros, enólogos, distribuidores, etc; sin embargo me parece a mí que el consumidor de a pié sabe muy poco de Parker, es más ni le interesa; por dos razones: porque el compra el vino que más le gusta y que mejor se adapta a su economía y porque sabe que los vinos que alcanzan mayores puntuaciones están fuera de su alcance, pues basta que un vino esté premiado en algún evento de cierta importancia o que alguien de cierta reputación haya hecho buenas críticas para que el precio se dispare; o al menos lo haga lo suficiente para alejarlo de nuestro consumidor de a pié.E incluso sin ir tan lejos, en nuestro país se edita desde hace 20 años la teóricamente famosa Guia Peñin de los vinos de España y estoy convencido de que un porcentaje de los mencionados consumidores la conocen y para los que tengan ese conocimiento, les ocurrirá lo mismo que con los Parker, es decir, que los mejor puntuados estarán por lo general fuera de su poder adquisitivo.¿Para que sirven entonces las opiniones de estos gurús del vino?, pues para guiar a otro tipo de consumidores más especializados dentro del maremagnum de marcas y bodegas que año tras año inundan el mercado y de las que difícilmente podrían tener referencias o catar si no fuera por estas personas, y sus correspondientes equipos, que se dedican a ello. Para aportar sus opiniones como “expertos” a un sector y dotarle del necesario bagage técnico e informativo que todas las ciencias y disciplinas poseen. Y supongo que para muchas cosas más, de las que tampoco procede entrar en detalles, pues nos desvían del tema principal. Entonces si una persona no demasiado iniciada en el mundo del vino tiene afán por explorar nuevas marcas y quiere tener una referencia de alguien con más conocimientos técnicos, ¿ha de seguir las recomendaciones de Parker, o similar? Pues bien, probablemente no porque se perdería en la “jerga” y porque además tendría serias repercusiones en su economía; lo mejor, siempre según mi opinión, es, que sin dejar de lado los propios gustos, dejarse aconsejar por alguien más entendido pero con un lenguaje más cercano a él y con un presupuesto adaptado a sus necesidades, lejos de los 95 puntos Parker, y sobre todo, como ya se ha comentado en nuestras catas, probar muchos vinos y recordar las sensaciones de aquellos que más nos gusten e intentar que esas sensaciones estén presentes en tus vinos preferidos, aunque a Parker no le gusten o ni siquiera los haya probado, ni falta que hace.

Luis Gómez
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Escribe Luis Martínez -El Decano-:

Parece que alberto no es muy propicio a la puntuacíon y menos si es colectiva a pesar de reconocer que a los vinos gallegos no se les debe puntuar con mas de 95 (eso es reconocer implicitamente el valor der la puntuación), creo que prefiere la opinion boca a boca.Ante mis ojos tengo el libro "Analisis sensorial y cata de los vinos de España"( coordinador Jose Casal del Rey Barreiro) ,en el se dan las normas UNE para catas, formación de jueces, catas por parejas o triangulares etc. etc .Parece que esto va muy en serio, evidentemente tratando de objetivar y normalizar la cuantificación de las parametros fundamentales de los vinos y eliminar el factor humano lo mas posible, como defendi en mi articulillo, que es lo peligroso. Creo recordar haber leido en la Revista "Quiica e Industria" un asrticulo que hablaba de que la Universidad de Valladolid estaba intentando desarrollar un ingenio para medir intensidades aromáticas, lamento no poder dar mas detalles, lo he perdido, por eso hablaba en mi articulo de que habia maquinas que estaban en sus balbuceos.No creo que sea necesario hacer diferentes secciones segun sean los vinos, se puede medir la intensidad de un sonido en decibelios sin distinguir si esea nintensidad procede de una discoteca, del trafico rodado, de los aviones etc. Para esa distinción estan otras caracteristicas del sonido como el tono o el timbre. igualmente en los vinos puedo medir su intensidad aromatica, volumen, longitud etc independiente de que el sabor o aroma sea de flores, frutos, madera etc. o combinación de varios de ellos. Tengo la impresión, muy osada por mi parte, de que med ir intensidades aromaticas o gustativas debe ser algo asi como contar moléculas, cosa que ya se ha hecho en otras cosas, lo que no quiere decir que sea fácil pero si factible.El mismo Alberto reconoce que" hay ciertos parametros bien cuantificables..." de eso se trata, el resto, tipicidad, magia, chispa, alma etc. correponde a los gustos personales que por fortuna no desaparecerán, al final, como dije, siempre quedara el hombre.No esd enloquecer el tema, por algo se empieza, de la discusión sale la luz. Os podría contar las palabras de mi viejo maestro de mi pueblo que me dijo "cuando algo no lo entiendas y estes dandole vueltas, no te rindas, insiste, es que la cabeza se está organizando y llega un momento en que lo acabas entendiendo".Me ha servido en mas de una ocasión. Ya dije que falta un cuerpo de doctrina pero que se alcanzará dentro de 5,10 o 20 años.Dice Javier "estoy de acuerdo con Alberto que los vinos tienen parametyros cuantificables...", pero c... eso es lo que vengo diciendo. Que hay factores que deben pesar mas que otros ¡Pues claro¡.¡Si estamos de acuerdo¡ ¡pues ya está¡Bueno , no quiero ponerme pesado, que los arboles no nos impidan ver el bosque. ¿Vamos a puntuar los vinos o no? ¿Vamos a crear la ESCUELA DE CATA DE ALCOBENDAS o no? Por mi parte prefiero ca-tar menos vinos en cada sesion pero profundizando mas, que catar mas vinos pero mas superficialmente, no creo que todos esten de acuerdo conmigo.

Luis Martinez "el decano"

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