miércoles, 2 de diciembre de 2009

Puntuar o no puntuar según Luis Martínez Martínez

Con el calor del verano, paradójicamente, el blog se ha enfriado. Vamos a intentar, con la llegada de los frios invernales, calentarlo aportando alguna pequeña ideilla. El tema de entonces era
Pregunta: ¿Es justo puntuar un vino?
Respuesta:
Es justo y necesario. Lord Kelvin dijo:"Cuando se puede medir aquello de que se habla y expresarlo con números, se sabe algo sobre aquello, pues nuestro saber es deficiente e insatisfactorio, mientras no somos capaces de expresarlo con múmeros". Los números constituyen una base mas racional que los conceptos puramente cualitativos. Cuando un concepto puedo expresarlo en números queda mucho mas despejado el camino para su comprensión y se crea un terreno de juego común abierto y despejado para, por ejemplo,un dialogo fructifero. Me refiero, naturalmente, al tema que nos ocupa: la cata de vinos. Ni tu articulo ni ninguno que conozco niega la necesidad de puntuar los vinos, tu mismo comentas los 92 puntos que la revista de Tanzer otorga al altos de Losada 2006. Asi las cosas, me atrevo a interpretar tu pensamiento diciendo que lo que en realidad preguntas es "¿Es justo puntuar un vino....como lo hace Robert Parker?". La puntuación, por ahora, es subjetiva (lo que no implica necesariamente que no sea honesta ) pero para que sea eficaz la condición fundamental es que sea honrada y rigurosa, sin condicionantes espúreos que la vicien o inutilicen. Crero que es aquí donde pueden surgir las dificultades.Este es el "quid" de la cuestion. Se trata de objetivar, racionalizar,generalizar (mejor que democratizar) y homologar la calificación de los vinos, eliminando lo mas posible el "factor humano". Las catas colectivas en las que cada catador exprese su puntuación y explique las razones para ella va por ese camino, la suma de muchas subjetividades se aproxima a la objetividad o valor real de lo que se estudia. La racionalización completa de esta cuestión vendrá cuando existan máquinas y artilugios que permitan medir la propiedad de vino que deseemos (p.ej.intensidad aromática o gustativa) asi se eliminará la participacíon y el error humano. Ya empiezan a aparecer algunos de estos mecanismos aunque todsvía estan en sus balbuceos.
En algún folletito de cata he leido "no se puede medir un olor o un gusto", yo matizaría esta frase diciendo "no se pueden o no se saben medir...por ahora". (medir implica ademas expresar en números el valor de lo medido). Ya hemos dicho que empiezan a aparecer máquinas que intentan hacerlo.
Si el hombre ha sido capaz de medir y expresar en números cosas tan sutiles como la naturaleza e intensidad de la luz (vista) o el sonido (oido) ¿Como no va a ser capaz de medir la intensidad de cosas mucho mas materiales y tangibles como la intensidad del aroma (0lfato) o del sabor (gusto) de un vino?. Sencillamente porque tenía cosas mas importante que hacer. Desde que el
vino es vino, lo mas importante fué conocer y medir con la mayor exactitud y precision posibles la naturaleza y contenido del "espiritu del vino" (ese duendecillo que habita en el vino que hace que cuando el hombre lo bebe, desate su lengua, lo ponga eufórico y si se bebe en mayor cantidad lo marea, pone enfermo, incluso puede causar la muerte). Y como esto era importante, el hombre se puso a estudiarlo y descubrió que el tal "espiritu del vino" era el etanol y midió y expreso en números su contenido (faltaría más), tambien se miden la acidez y pocas cosas más.
Todo ello muestra que nos falta mucho por saber...y no solo de vinos, alguien (creo que fué el mismo Conrad que mencionas en tu articulo) dijo. "he descubierto el eslabon perdido entre el mono y el homo sapiens: somos nosotros". Está claro que todavía no somos lo suficientemente "sapiens", yo creo que tiramos mas a monos. Las sandeces que hacemos los humanos no las hacen ni los simios.
Estamos, por tanto, en los comienzos del conocimiento del vino. Las incipientes máquinas medidoras citadas, los progresos en el análisis cuali y cuantitativo etc parecen constituir la avanzadilla de algo que se adivina en lontananza: el conocimiento completo de la narturaleza del vino... todavía falta mucho. No quiero imaginar si despues del analisis viniera la sintesis, pero esto ya es ciencia ficción. Hace pocos dias en la cata en Barolo de los vinos de Toscana, nuestro amigo Tito dijo algo asi como "esto de la cata de vinos es muy dificil", yo creo que que lo que ocurre es que estamos en la fase empirica o experimental y de recogida de datos, aún nos falta tener un cuerpo de doctrina claro y común... pero llegará, no se si dentro de 5,10 o 20 años pero llegará
En resumen la puntuación es necesaria y constituye una medida de la CALIDAD del vino, la relación puntuación/precio es una medida de la relación calidad/precio sin duda la magnitud mas importante, definitiva y definitoria de unn vino. Ciertamente que ningun numero o medida sustituirá al juicio y gustos personales, al final siempre quedará el hombre.
Por ello sugiero que al final de la cata de cada vino se dediquen algunos minutos no a DESCUBRIR mas y mas (como si de petróleo se tratase) caracteres organolépticos, sino a CUANTIFICAR (en difiniva PUNTUAR) los caracteres mas importantes, comentarlos y ponernos de acuerdo en su valoración númerica. Estoy convencido de que si en estas catas se lograran criterios comunes, rigurosos y uniformes de puntuación, se elevaria y consolidaría el excelente nivel de las mismas. Se crearia una autentica e importante escuela de cata: LA ESCUELA DE ALCOBENDAS y que tiemble Robert Parker.

Luis Martinez Martinez

2 comentarios:

  1. El decano de la Asociación se atreve con este controvertido tema y con mucha razón en la mayoría de los temas que toca, aunque en lo del grupo de catadores habría mucho que hablar.
    Lo que yo he aprendido a lo largo de ya más de 10 años de catas a gran nivel es que no hay dos catadores idénticos, (quiza mejor así, si no seriamos maquinas), con criterios similares sí se puede llegar a crea un equipo de cata como bien comenta Luis. Pero al final esta puntuación consensuada quedaría como un criterio único, y no sé si eso es mejor que una critica unipersonal. Al fin y al cabo si lo llevamos a todos campos de la vida, si estas interesado en una película, un libro o un CD sueles leer la critica de uno u otro critico, o preguntar a un familiar o amigo que sepas que tiene gustos similares, no vas preguntando a varios y luego haces la media, te sueles fiar más de los que son allegados a tus gustos.
    Creo que al final me fío más de las criticas unipersonales que las generales ya que una media puede ser a priori más justa (de eso podría decirnos algo más Luis nuestro Presidente por sus experiencias en concursos), pero si conoces los gustos de uno u otro critico o uno u otro familiar o amigo, sabes de que pie cojea, cuales son sus gustos, etc. y por tanto tienes más base de fiabilidad.
    Suelo ver puntuaciones sobredimensionadas en las diferentes revistas y guías del gremio por lo que creo sinceramente que las medias son muy peligrosas, creo que el método Parker es de los mejores (no el mejor), y como yo sé de donde cojea él y sus distintos colaboradores, sé donde me puedo fiar y donde no. Insisto, si leo las puntuaciones de otros medios no me fío ni un pelo, son muy desiguales, no sé qué parámetros pueden llegar a llevarles a puntuar vinos correctos o simplemente buenos con más de 90 puntos, ¿que dejamos para los grandes vinos?, ¿ampliamos la escala?.
    Sin despreciar ni mucho menos los buenos vinos blancos gallegos (los hay de gran calidad y precio muy bueno),veo muy difícil pensar en ninguno que pueda pasar de 95 puntos (a día de hoy y por lo que conozco, pero he visto puntuaciones de 98-99-100. Estas personas que podrán puntuar a un Grand Cru de Borgoña o a un gran Auslese alemán, etc., etc., ¿usan otra escala de valores?.
    ¿Hacemos diferentes tablas de puntuación según de donde sean los vinos?, como en los automóviles, creamos secciones, 4x4, deportivos, utilitarios,... seamos serios. Creo que es un error y lleva al despiste por no decir al engaño esas puntuaciones.
    He sido criticado y recriminado alguna vez por esta misma razón diciéndome que no se puede comparar vinos de tal zona u otra, ¿por qué no?. Los vinos tienen ciertos parámetros bien cuantificables gustativamente y otros no tanto, y entraríamos en la tipicidad, la magia, la chispa, el alma, como queráis llamarlo, y que a muchos vinos con grandes puntuaciones les falta, y es hay donde entra los gustos, la memoria sentimental, etc, pero si los vinos no tienen acidez o no la suficiente concentración, volumen o lo que sea, no pueden tener la misma puntuación, sean de donde sean.
    Una opinión más para enloquecer más este tema.
    Alberto

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  2. Me parecen estupendos los comentarios de Luis y de Alberto. El que yo voy a hacer está a un menor nivel y pido que no se le compare con los anteriores.

    Las dos posturas son claramente compatibles. Estoy de acuerdo con Luis en casi todo lo que comenta. Puntuar un vino incrementa el conocimiento del mismo si tal valoración es realizada de forma honrada, es decir, sin los condicionantes que buena parte de los críticos profesionales y las revistas tienen. En caso contrario, induce a confusión. Por otra parte, si tras un entrenamiento previo en un concreto método de valoración un conjunto de catadores "mide" un vino, su juicio será menos subjetivo que el de una persona que emita su opinión de forma individual. La objetividad no es la realidad, es el criterio de "expertos" sometido a consenso. Asimismo, la puntuación permite centrar la cata sobre la calidad y no sobre la mera descripción.

    Respecto a Alberto, estoy de acuerdo con él en que los vinos tienen parámetros cuantificables y que debido a ello pueden hacerse comparaciones entre los de distintas zonas. De todo dominio pueden abstraerse unos criterios de medición y el vino no es un caso aparte. También opino como él sobre las exageradas puntuaciones que muchos medios otorgan. En mi opinión, son los intereses los que priman y no la crítica sincera. Otro punto de gran importancia que señala muy acertadamente Alberto y que pocas veces se trata es el de la utilización concreta de una valoración, ¿pará qué me sirve conocer la puntuación concreta de un vino? Desde luego, el propósito debe ser guiar la compra. En este sentido uno debe guiarse principalmente por su gusto personal y por el de aquéllas fuentes en las que se tenga confianza. Pero una cosa no quita la otra. No es contradictorio con el empeño en realizar una cata lo más objetiva posible. Una cosa es valorar un vino de la forma más realista que se pueda y otra comprar lo que a uno más le guste. Intentar hacer una crítica objetiva en la que pesen diversos criterios fomenta el aprendizaje de los que participan en la misma al moderar las opiniones más extremas o al tener en cuenta otros aspectos que no habían sido contemplados, sirve para poner de manifiesto los errores que comenten muchos medios y críticos debido a intereses inconfesables y, además, es el mejor método para desarrollar un criterio personal.

    En esta última parte del comentario, sólo quiero introducir un aspecto nuevo, el referido a los "parámetros" cuantificables del vino: intensidad, concentración, volumen, etc. Opino que no todos ellos son iguales de importantes y que por lo tanto no debieran tener el mismo "peso" en una valoración. Por otra parte, parece que inducidos por la crítica internacional se considera que "cuanto más mejor", es decir, cuanta más concentración, mejor; cuanto más volumen, mejor. En mi opinión, esto no debe ser así, existen en la actualidad vinos que son auténticos monstruos y que alcanzan las puntuaciones máximas en tales parámetros y, sin embargo, tendría que ser al contrario. Un vino debe tener una concentración justa y no exagerada; no debe ser un "blockbuster" que se queda en puro impacto y nada más. Por lo tanto, considero que este es un aspecto fundamental a la hora de valorar y que habría que introducirlo en los métodos de valoración. Y, para terminar, hay un parámetro fundamental que es el de la "tipicidad" que debiera ser más tenido en cuenta ya que para poder afirmarlo de un vino, éste ha de contar con una historia previa fruto del conocimiento del viñedo que sólo se alcanza tras muchas cosechas y del "modo de hacer" peculiar de una determinada zona. Según opino, ningún vino sin historia es un vino importante.

    Javier Arias

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